miércoles, 3 de junio de 2009

Una advertencia

En estos momentos de crisis, incitada, real o como queramos verla, eso es otro tema, se genera mucho odio.
Este odio hace que se realice actos. Estos actos apaciguan al autor de esos hechos pero el que recibe esos actor está en el misma situación que la anterior persona, con mucho odio.
La mala costumbre que tiene el odio es que los actos que se realizan por su causa van aumentando de magnitud.
Así que llegado el momento y cuando ya es demasiado tarde llegan las lamentaciones y las preguntas del porqué de esta situación. Que al final engloba a todo el mundo y que la causa fue de unos pocos.
Hoy en la España de la crisis, oigo comentarios a personas tanto publicas, como anónimas influidas por el odio.
Suelen ser los amargados, infelices, irrespetuosos, envidiosos y demás, que durante toda la vida están en esta situación, pero que en estos tiempos de crisis, tiene el caldo de cultivo para que la gente desesperada les escuchen y les hagan caso.
No culpo a los desesperados, espero no estar nunca en la situación de aceptar de manera voluntaria ni obligada a estos amargados. Si no, a los que dejan que estas personas se expresen, se que en un país libre como este, todo el mundo tiene derecho a expresarse, pero Hitler se expreso en la Alemania de los años 30 y así le fue. Eso si, aprendieron y no dejas sin castigo a cualquier amargado que venga con ideas ultras.
No me enrollo más y como dice que una imagen vale más que mil palabras aquí os dejo un ejemplo de los que os digo:

¿Merece la pena?

1 comentario:

Lidia dijo...

Pues sí, es una pena que haya tanto odio y que la gente aproveche la miseria. Un besote.